UN NUEVO DISPOSITIVO REDUCE LA APNEA DEL SUEÑO EN JÓVENES CON SÍNDROME DE DOWN.
Crean un nuevo dispositivo que favorece a los jóvenes con síndrome de Down. Este dispositivo se implanta quirúrgicamente y mueve la lengua hacia delante durante el sueño. Con el se consigue reducir de forma segura y eficaz la apnea del sueño en adolescentes con síndrome de Down. Así lo recoge el nuevo estudio publicado en la revista ‘JAMA Otolaryngology – Head & Neck Surgery’.
Los niños con síndrome de Down tienen muchas más probabilidades de padecer apnea obstructiva del sueño. Ante esto, las opciones de tratamiento actuales suelen ser ineficaces.
Según los autores del estudio, el dispositivo implantable es similar a un marcapasos. A este se le conoce como estimulador del nervio hipogloso. De esta forma, podría ofrecer una nueva opción de tratamiento para esta población médicamente desatendida. Los expertos tienen previsto ampliar los resultados y probar el tratamiento en otros ensayos clínicos que analicen los resultados, como la mejora de la neurocognición y la capacidad lingüística.
“Este estudio nació de la frustración de no disponer de una opción de tratamiento eficaz para los niños con síndrome de Down que padecen apnea del sueño”, explica el autor principal del estudio, Christopher Hartnick, director de la División de Otorrinolaringología Pediátrica y del Centro Pediátrico de Vías Aéreas, Voz y Deglución del Mass Eye and Ear, y profesor de Otorrinolaringología-Cirugía de Cabeza y Cuello de la Facultad de Medicina de Harvard (Estados Unidos).
“La apnea del sueño impacta significativamente en estos niños, afectando a menudo a su lenguaje, comportamiento y capacidad para rendir en la escuela –prosigue–. Cualquier disminución en estas áreas es crítica para las familias, y nuestro estudio sugiere que finalmente podemos tener una opción para ayudar”.
La apnea obstructiva del sueño pediátrica se produce cuando las vías respiratorias de un niño se bloquean durante el sueño. Esto provoca ronquidos, dificultad para respirar y sueño agitado. En cualquier niño, puede provocar somnolencia diurna, problemas de comportamiento y dificultades de aprendizaje.
Sin embargo, esta afección es especialmente frecuente en los niños con síndrome de Down. Alrededor del 80 por ciento de los niños con síndrome de Down tienen apnea obstructiva del sueño. Todo ello comparación con el 5 por ciento de la población pediátrica general. Los niños con síndrome de Down y apnea del sueño son más propensos a experimentar un comportamiento agresivo, niebla cerebral y una pérdida de casi 10 puntos en el coeficiente intelectual en comparación con los que no la padecen.
La cirugía para extirpar las adenoides y las amígdalas es la opción de tratamiento tradicional de primera línea para abrir las vías respiratorias. Sin embargo, los estudios han demostrado que menos del 30 por ciento de los niños con síndrome de Down se benefician del procedimiento.
Los expertos creen que esto puede deberse a que los niños con síndrome de Down tienen más probabilidades de tener una lengua más grande. Otro procedimiento, la cirugía de la base de la lengua, puede ser doloroso y su eficacia es limitada. Además, los niños con síndrome de Down suelen tener dificultades para seguir la terapia de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) debido a sus dificultades sensoriales.
La estimulación de las vías respiratorias superiores mediante un estimulador del nervio hipogloso es un tratamiento de la apnea del sueño bien estudiado en adultos que no toleran el tratamiento con CPAP. El estimulador del nervio hipogloso es un dispositivo aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) que se implanta quirúrgicamente de forma ambulatoria. Cuando detecta que alguien intenta respirar, envía un impulso eléctrico al nervio hipogloso que controla la lengua, haciendo que ésta se mueva hacia delante en la boca, abriendo así las vías respiratorias.
Este ensayo clínico de fase I fue el primero en probar el dispositivo en una población pediátrica con síndrome de Down. En el estudio se reclutó a 42 adolescentes con síndrome de Down y apnea obstructiva del sueño grave. Los pacientes tenían entre 10 y 22 años de edad y estuvieron en cinco centros médicos estadounidenses. Todos ellos se sometieron a una intervención quirúrgica para implantar el estimulador del nervio hipogloso y se les hizo un seguimiento durante un año.
Los investigadores midieron el índice de apnea-hipopnea (IAH) de los participantes, que es una medida utilizada para indicar la gravedad de la apnea del sueño contando el número de apneas por hora durante un estudio del sueño. En los niños, un IAH de 0 a 1 es normal, de 1 a 5 es una apnea del sueño leve, de 6 a 10 es moderada y más de 10 eventos por hora se considera grave.
Al año de seguimiento, 27 pacientes (el 66%) respondieron bien al tratamiento; el IAH de estos pacientes disminuyó al menos un 50%. Por término medio, los pacientes redujeron su IAH en 12,9 eventos por hora tras el tratamiento, lo que supone un descenso de más del 51%.
Tras el tratamiento, 30 pacientes (73,2 por ciento) tenían un IAH inferior a 10 eventos por hora, 14 pacientes (34,1 por ciento) tenían un IAH inferior a 5 eventos por hora y tres pacientes (7,3 por ciento) tenían un IAH inferior a 2 eventos por hora.
Las encuestas sobre la calidad de vida rellenadas por los padres informaron de mejoras significativas en el funcionamiento diario, el comportamiento y el lenguaje. El procedimiento también resultó ser seguro en general. El acontecimiento adverso más frecuente fue el malestar en la lengua de cinco pacientes, que normalmente se resolvió en semanas.
“La apnea del sueño sigue siendo una de las afecciones más comunes con las que me enfrento al trabajar con pacientes con síndrome de Down y sus familias”, explica el coautor del estudio, Brian Skotko, titular de la Cátedra Emma Campbell de Síndrome de Down del Hospital General de Massachusetts.
“Hasta ahora, muchos de nuestros pacientes se habían quedado sin opciones de tratamiento, y su salud y bienestar estaban disminuyendo –prosigue–. Ahora, con el tratamiento del estimulador del nervio hipogloso, podemos tener una forma eficaz y segura de tratar la apnea y maximizar la salud del cerebro de las personas con síndrome de Down”.
La nueva investigación sienta las bases para realizar más estudios. Según el doctor Hartnick, los hallazgos plantean la necesidad de observar otras medidas de resultado además del IAH. Incluso los niños que tenían un IAH que reflejaba una apnea del sueño de moderada a grave después de la intervención quirúrgica informaron de mejoras en la calidad de vida, lo que sugiere que la neurocognición podría ser un resultado más apropiado para estudiar, apunta.
“Aunque nuestros resultados fueron convincentes, revelaron que tenemos que examinar cuidadosamente qué otras medidas de resultado estamos utilizando –precisa Hartnick–. Eso es lo que busca nuestro próximo estudio”.
“Cuando los padres informaron anecdóticamente de que el implante parecía mejorar el habla de sus seres queridos, supimos que teníamos que investigarlo más a fondo –subraya Skotko–. La subvención de los NIH nos permitirá analizar formalmente las mejoras que el implante puede o no tener en el habla y la cognición”.
FIRMADO HELDA MILLA.
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