LA VITAMINA B Y SU PAPEL PARA MANTENER “JOVEN” EL CEREBRO.

El grupo de vitaminas que más debemos priorizar para mantener el cerebro joven y saludable son las vitaminas B. 

Lo primero que hay que saber es que no hablamos de una sola vitamina. Son varias y cada una tiene una función importante para el cerebro. Hay 8 tipos de vitamina B. Y unas están más relacionadas con el cerebro que otras. Tres de ellas son clave: las vitaminas B1, B9 y B12.

Un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wayne advierte de que la depresión, la demencia y el deterioro mental pueden asociarse con una deficiencia de vitaminas B. La deficiencia de vitamina B12 causa problemas cognitivos, especialmente entre los ancianos que viven solos y no comen adecuadamente. 

Las vitaminas B son muy importantes en el desarrollo y la maduración cerebral, y también en el correcto funcionamiento del cerebro adulto. Cuando hay déficit de vitaminas B puede haber trastornos neurológicos, alteraciones en el sistema nervioso central o periférico. Pero no todas influyen igual en esto.

Si hablamos de la B1, por ejemplo, la denominada ‘tiamina’, vemos que entre sus muchas funciones, una es optimizar la obtención de energía por parte de las células, y eso es crítico en el cerebro. 

Es crucial en el metabolismo de los nutrientes para obtener energía. Porque el cerebro es uno de los órganos metabólicamente más activos. Necesita el apoyo de la tiamina para prevenir las deficiencias que pueden conducir a problemas neurológicos en el futuro.

Mientras en el resto del cuerpo, cuando no hay energía de la glucosa de la sangre el cuerpo tiene un plan B, en el cerebro no. El cerebro necesita un aporte continuo de la glucosa de la sangre, y la vitamina B1 es la herramienta que necesita una enzima clave en el metabolismo de la glucosa en el cerebro.  

La glucosa llega por la sangre a todo el cuerpo. Las células del cerebro la metabolizan para obtener energía, y en ese proceso hay un paso clave, en el que se multiplica la capacidad de obtener energía. La enzima clave en ese paso necesita como herramienta la vitamina B1.

La vitamina B9 es el ácido fólico, y es importante también para una buena salud cerebral. Concretamente, es importante para la formación de la sangre y para el desarrollo del sistema nervioso, además esta vitamina ayuda en la función óptima de los neurotransmisores, colabora en la formación del ADN y favorece la desintoxicación celular.  

Su déficit, por ejemplo, da lugar a espina bífida, provoca daños en el cierre del tubo neural. Por eso es tan importante que las mujeres embarazadas tomen ácido fólico. Pero ¿qué más problemas podría causar?  

Excepcionalmente puede hacer daño al cerebro, al sistema nervioso central, podría dar algún tipo de demencia. Un nivel bajo de ácido fólico está asociado con un estado de ánimo bajo. 

La vitamina B12, la más difícil de detectar y de absorber, es la más es la más especial y compleja de todas las del grupo B. Es la número 12 porque se descubrió la última. Y se descubrió más tarde porque se necesita en cantidades tan pequeñas que tardó mucho en poderse medir. Hace 100 años no había laboratorios capacitados para poder detectarla.

Tiene una característica muy especial: que se encuentra sólo en alimentos de origen animal, no existe en los vegetales. Por eso, se advierte que las personas que son veganas estrictas, y no toman nada de origen animal, tienen que tomar suplementos de B12. 

Con una dieta variada y equilibrada no suele haber problemas. Y hay que advertir que los déficits de B12 pueden venir por problemas de absorción.

Es otra de las peculiaridades de esta vitamina, es que no se absorbe fácilmente. Todas las demás se absorben bien por el intestino, pero esta necesita que estómago esté bien. ¿Por qué? Porque hay una proteína que se produce en el estómago y que es la que lleva a la B12 hacia el final del intestino delgado, el íleon terminal, que es el único sitio por donde se absorbe esta vitamina.

Si no tienes bien el estómago, por ejemplo, o tienes gastritis crónica, ya puedes comer lo que quieras que esta vitamina no se absorbe. Hay más casos de déficit de B12 por problemas de estómago o problemas del íleon que por problemas de alimentación

Esta vitamina influye en el funcionamiento correcto de los neurotransmisores, en la sináptica en el cerebro, y su falta puede generar déficits cognitivos muy parecidos a enfermedad de Alzheimer. 

La B12 ayuda a la descomposición de la homocisteína, una proteína que puede afectar negativamente la salud cardiovascular y provocar demencia, cuando se encuentra en exceso. Su déficit, podría dar lugar a casos de demencia, aunque de forma excepcional. 

Si bajan los niveles de B12 en el organismo, su déficit provoca un tipo muy especial de anemia: la anemia perniciosa, también de daños en el sistema nervioso sensitivo que pueden llegar a afectar al cerebro, y producir demencia. Pero, de nuevo, hay que insistir que sería algo raro, que requeriría años y años de déficit de esta vitamina.

La vitamina B12 se almacena. Puedes estar un mes sin tomar y no pasa nada. Es decir, su déficit tarda en dar la cara. Para que se empiecen a producir problemas, se tienen que vaciar los depósitos, que están sobre todo en el hígado. 

La buena noticia es que las vitaminas B se encuentran entre las más fáciles de incluir en la dieta, hay seis alimentos concretos ricos en vitamina B: huevo, yogur, legumbres, salmón, verduras de hoja verde y semillas de girasol.

Con una dieta mediterránea, buena y variada no hay ningún riesgo de déficit de ninguna vitamina B. Casi nunca hay que dar suplementos de vitaminas, a menos que haya alguna situación de riesgo. Salvo que haya abuso de alcohol o problemas de estómago crónicos, no suele haber problema. “Con una dieta equilibrada basta”.

FIRMADO HELDA MILLA.

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