QUÉ ES, SINTOMAS Y MUCHO MÁS SOBRE LA SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE (SQM).

Es una enfermedad grave, crónica e incapacitante, descrita por primera vez en la década de los 50. Se la considera una enfermedad ambiental.

Los síntomas aparecen y desaparecen dependiendo de la exposición a productos químicos y tóxicos medioambientales o a alimentos para los que se ha desarrollado una sensibilización.

Se trata de una enfermedad multisistémica asociada a una hipersensibilidad del sistema inmunológico. Con frecuencia las personas con SQM presentan también fibromialgia, fatiga crónica y síntomas tan variados como:
✅ Dolores de cabeza. 
✅ Fatiga. 
✅ Mareos. 
✅ Dificultad para respirar. 
✅ Dolor muscular y articular. 
✅ Pérdida de coordinación. 
✅ Náuseas, vómitos. 
✅ Diarrea. 
✅ Confusión mental, pérdida de memoria, dificultad para hablar. 
✅ Migrañas. 
✅ Dolor abdominal. 
✅ Irritación de mucosas (ojos, nariz, oídos, garganta, pulmones y piel). 
✅ Alteraciones del sueño
✅ Problemas cardíacos, palpitaciones, cambios de presión arterial…

El deterioro en la calidad de vida de los pacientes afectados es considerable, generando con frecuencia pérdida de trabajo o de interacción social debido a la incapacidad de acercarse a personas con restos en el cuerpo de champú, gel de ducha, cosméticos, detergentes o suavizantes.
Para los casos más extremos el aislamiento puede volverse permanente debido a la incapacidad de acceder a supermercados, tiendas, bancos, lugares de trabajo, etc. por los agentes químicos que pueda haber en esos lugares.

La Sensibilidad Química Múltiple comienza con la exposición a uno o más productos químicos. Puede ser una exposición única y muy fuerte (conocida como aguda) a una sola sustancia o exposiciones repetidas a bajas concentraciones de varios productos químicos (exposición crónica).
Estos productos inician un mecanismo bioquímico en el cerebro, los síntomas comienzan a aparecer y a menudo empeoran con el tiempo, produciéndose una sensibilización a productos químicos diferentes al del desencadenante inicial.

Se ha descrito una disfunción inmunoneuroendocrina asociada a una sensibilización central, que provoca la perdida de tolerancia en la respuesta biológica ante los tóxicos y que cronifica la respuesta inadecuada, a pesar de que el estímulo ya no esté presente.

Las mujeres se ven afectadas en mayor proporción que los hombres, esto puede ser debido a factores hormonales. No es posible predecir quién está en riesgo de desarrollar la SQM por ello es recomendable reducir la exposición a disruptores endocrinos y a productos químicos del entorno:
✅ Disolventes orgánicos. 
✅ Plaguicidas. 
✅ Metales pesados como Mercurio.
✅ Sulfato de hidrógeno.
✅ Monóxido de carbono.

Las reacciones alérgicas están mediadas por inmunoglobulinas y esto no ocurre con la Sensibilidad Química Múltiple. Se ha detectado una implicación global de varios sistemas (digestivo, respiratorio, neurológico, musculoesquelético…), por eso se considera un síndrome multisistémico.

A menudo los pacientes reaccionan a productos químicos sin olor. Asimismo, las personas sin sentido del olfato presentan sintomatología similar a la de las personas con olfato.

De todos modos es conveniente que los pacientes con SQM se cubran la piel y usen mascarillas en espacios públicos cerrados para evitar la absorción tanto a través de la piel y otras mucosas y la inhalación de agentes químicos irritantes, ya que existe una gran exposición ambiental a ambientadores, productos de limpieza, pesticidas, plásticos, pinturas, combustibles, cosméticos, humo del tabaco, etc.

Estos compuestos se conocen como xenobióticos (tóxicos ambientales). Son generalmente lipofílicos, atraviesan las membranas biológicas con facilidad, se acumulan y tienden a acumularse en las grasas.

La SQM no es un trastorno ni una enfermedad mental. Diversos estudios han demostrado que se trata una enfermedad real fisiológica. Pese a ello, es normal presentar síntomas de ansiedad y depresión junto a la Sensibilidad Química Múltiple ya que de trata de una enfermedad incapacitante y actualmente incurable que afecta a la calidad de vida del paciente, a sus relaciones sociales y a su carrera profesional.

Hasta la fecha no existe cura para la Sensibilidad Química Múltiple. El tratamiento consiste en la eliminación estricta de los alimentos, tóxicos y sustancias químicas para los que se ha desarrollado una sensibilidad.

Es conveniente hacer un test de histaminosis alimentaria para poder identificar los alimentos conflictivos y mantener la dieta de exclusión al menos 6 meses. Lo ideal es repetir la prueba al pasar esos 6 meses.

Esta prueba es la única indicada en el tratamiento de la Sensibilidad Química Múltiple, pues las de intolerancias alimentarias (miden IgG) o la actividad de la DAO, no aportan información sobre la activación y sensibilización celular de tipo inmune.

Es muy común que estos pacientes presenten permeabilidad intestinal. Por ello es crucial ponerse en manos de un nutricionista con experiencia para mejorar la salud intestinal y hepática y reducir la hipersensibilidad de estos pacientes, mediante una dieta antiinflamatoria que ayude a restaurar la microbiota y la función intestinal.

Tiene sentido una dieta a base de productos ecológicos para reducir la presencia de aditivos, hormonas y fitoquímicos; y evitar los tuppers plásticos, por el riesgo de migración de polímeros que también son considerados xenobióticos (tóxicos ambientales).

FIRMADO HELDA MILLA.

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